YOGA MAS YOGA IGUAL A EQUILIBRIO...
Me
inicié en el Yoga por los dolores de espalda que me dejó la
Gimnasia, pero encontré en el Yoga una disciplina y una ciencia.
Para integrarlo hay que vivir la experiencia de la unidad y
multiplicidad simultánea del cuerpo, asociado a lo físico,
emocional, mental y espiritual. Todos nos expresamos a partir de
estos cuerpos, aunque habría que precisar en la unidad inicial que
es cuerpo-mente. El objetivo inicial es aflojar las tensiones
corporales y los nudos emotivos, y poco a poco se van dejando muchas
ideas prestadas que creemos nuestras y se adquieren ideas propias,
así también se escuchan nuestros sueños, nuestras palabras y las
de aquellos que nos rodean con una nueva atención: se empieza a
vivir el aquí y ahora.
Muchos
empezamos el Yoga ¿pero porqué unos siguen en la senda del Yoga y
otros lo dejan?...la búsqueda interior de todos no va por el mismo
camino. También es cierto que muchas personas se sienten atraídas
por los “poderes”, las así llamadas siddhis del Yoga y por las
manifestaciones sobrehumanas o sobrenaturales, sin preocuparse por
conocer o disfrutar las facultades físicas y mentales que ya se
poseen. Desde mi punto de vista todo esto empieza en la mente y sus
expectativas, pues para quien conquiste la Mente, ella es la mejor
amiga. Pero para quien fracasa en el intento, la Mente se convierte
en la peor enemiga. En realidad, la mente
se puede utilizar al tope de su rendimiento para crear soluciones y
obras totalmente nuevas, para favorecer a la sociedad y a nosotros
mismos; puede “activarse” o “separarse” a nuestra voluntad y
no ser ella la que tome la delantera “como resultado de su
naturaleza agitada o irritable”. El primer paso es aprender a
convertir o “transmutar” los pensamientos negativos y pesimistas
en pensamientos positivos y optimistas y, a través de ellos, el
cambio en los sentimientos. Luego sigue un
proceso interior de búsqueda espiritual con la práctica de ciertos
ejercicios del Yoga, entre los cuales el más importante es la
meditación. En un cierto momento en este camino hay que darse cuenta
que se puede observar el fluir de los pensamientos a manera de un
observador externo. Tenemos que percatarnos de que la mente para
ahorrar energía y buscar seguridad trata siempre de usar los mismos
esquemas de pensamiento. Sucede entonces que la mente afronta las
diversas problemáticas de la vida proponiendo siempre el mismo tipo
de respuestas. Esto limita en gran medida el resultado de su
actividad y la bondad de sus soluciones. La mente busca
justificaciones ficticias que es capaz de construir para justificar
cualquiera de nuestras conductas. En
realidad si se logra liberar la mente del Ego y de las trabas de
estos estereotipos de pensamiento (que desgraciadamente se convierten
en estereotipos de comportamiento) podemos darnos cuenta de que sus
potencialidades son casi infinitas. La mente está íntimamente
ligada al cuerpo, las tensiones mentales se manifiestan en tensiones
físicas y las tensiones físicas en tensiones mentales. Lo que
significa que
hay que actuar de tal manera que toda la atención y tensión debe
estar dirigida hacia la actividad que se realiza aquí y ahora, y ser
consciente de la importancia de nuestras acciones.
La
palabra Yoga no es fácil definirla etimológicamente, el término
Yoga deriva de la raíz yuj,
“unir”, “tener apretado”, “uncir”, “poner bajo el
yugo”, con la que están igualmente en relación con el latín
iungere,
iugum.
La
voluntad de dominar al cuerpo para transformarlo en un “cuerpo
divino”; ésta es principalmente la definición del Hathayoga.
En
el Hatha Yoga, las
Asanas son un posicionamiento del cuerpo que involucra a la persona
misma —físico y mente—, para establecer una comunicación entre
sus seres interno y externo. Los Asanas permiten que la persona
adquiera certeza de sí misma. En el
Yoga Sutra
de Patañjali
se
especifica que el Asana tiene dos cualidades importantes: sthira
y
sukha.
La primera significa firmeza, actitud alerta, en tanto que sukha se
refiere a la habilidad de mantenerse cómodo en una postura. Ambas
cualidades deben estar presentes en la misma proporción cuando se
practica una postura, mantener la postura
con firmeza y la actitud alerta —sthira— debe existir comodidad y
ligereza —sukha—.
Sin estas dos cualidades no hay Asanas. Sólo se cumple con este
principio del Yoga cuando al practicar un Asana por determinado
tiempo se está alerta y relajado. El Yoga
desarrolla las facultades de la persona humana para que tenga
experiencias profundas, y con ellas pueda nutrir su alma.
Hay
84 posturas clásicas en el Hatha (con un número considerable de
posibilidades y variantes), con ellas se hacen secuencias sencillas
con propósitos bien definidos, cuando ya se tiene experiencia, se
hacen dos o tres posturas especiales del cuerpo y no hacen falta más.
Se ha demostrado que la práctica de las Asanas induce a la
producción de endorfinas (estado de
bienestar), disminución del estado de ansiedad, disminución del
estado de estrés, mayor consumo de O² (disminución de la oxidación
celular), actividad del sistema límbico (mayor control de la
emotividad) y mayor actividad de la corteza cerebral (mayor
conocimiento y lucidez mental). Con los Asanas hay
una polaridad a lo largo de la columna vertebral a través de los
centros de energía que son los chakras
o glándulas del sistema endocrino asociadas con centros nerviosos.
Por los tanto, hay que mantener la columna vertebral flexible a
cualquier edad para que la energía fluya. Cuando esa energía ya no
fluye correctamente vienen las tensiones y dolores. Estas posturas
del cuerpo son buenas para activar y vitalizar cuerpo-mente, esta
energía se puede utilizar no solamente en las actividades físicas,
sexuales, sino también en las actividades psíquicas, artísticas,
mentales y espirituales.
Otro
aspecto importante en el Hatha Yoga es la respiración. Un buen ritmo
respiratorio se da cuando nuestras fosas nasales en un momento dado
toman más aire por la fosa nasal izquierda o por la fosa nasal
derecha y después de algunos minutos cambian el ritmo. Esto mantiene
el equilibrio de las energías Ha
y Tha,
de modo que la carga de energía es siempre equilibrada. Cuando
nuestra conducta altera este ritmo de la respiración caemos en
euforias exageradas o en depresiones profundas, por exceso de energía
de una polaridad o de otra. Esto debe tomarse muy en cuenta antes de
intentar ninguna práctica de pranayama,
que
se
fundamenta en el perfecto control de las emociones y de las
sensaciones, conseguido con el control de la respiración después de
haber activado las energías con las posturas. Al activar nuestro
cuerpo-mente con la respiración, activamos las glándulas del
sistema endocrino asociadas a los plexos nerviosos que producen
transformaciones químicas de muy alto poder, como las hormonas. Las
glándulas del sistema endocrino corresponden perfectamente con los
centros nerviosos llamandos chakras,
que pueden activar, concentrar y controlar la energía por medio de
los Asanas.
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