La expresión creativa para la búsqueda de una creatividad expresiva
La palabra expresión, etimológicamente deriva de “expremiere”, que significa hacer salir presionando. El sentido originario de expresión es el movimiento de sacar al exterior presionando hacia afuera: ideas, experiencias, vivencias, fantasías, energías, emociones, gestos, impresiones, sensaciones y otros. En este sentido una de las primeras maneras de expresarnos es la palabra, lo que nos ha llevado al estudio del pensamiento y lenguaje[1].
Es la espontaneidad de los niños y las niñas lo que más me gusta de esta etapa, lo que me ha llevado a abrir un taller de “expresión creativa para la búsqueda de una creatividad expresiva”, en nuestro nuevo centro “Asan@rte” en Navarra-España. Un reto en el que encuentro una manera de volcar mi experiencia profesional como profesor de una escuela activa y democrática (Yakupacha), acompañante de niños/as y adolescentes con marginación social y educativa, y padre. Es una manera también de llevar a la práctica mi fascinación por las artes plásticas y mi curiosidad por el desarrollo y conducta de la niñez (la psicología). Sin embargo la creatividad, la espontaneidad en un/a niño/a se convierte en un don preciado, que va desapareciendo según van cumpliendo años. Muchos estudiosos afirman que el sistema educativo les quita su creatividad, es decir la manera como se escolariza a la niñez no les permite ser creativos. Es verdad que en las instituciones educativas presionados por el currículo los/las profesores/as dan más importancia solo a algunas materias (matemática, ciencias y lenguas), además hay profesores y/o profesoras que enseñan sólo de una manera. Enseñan y no valoran el aprendizaje, lo que quiere decir que el/la niño/a no tiene decisión sobre sus aprendizajes y son considerados como una tábula rasa. ¿Puede ser que esta manera de enseñar quite la creatividad a los/las niños y niñas?...desde mi punto de vista “sí”, sin embargo conforme crecen los/las niños/as maduran y cambian, y la creatividad también cambia. Lo que quiere decir que los/las adolescentes dentro de su rebeldía pueden ser muy creativos, espontáneos y activos y si no lo son, es porque no se les deja expresarse.
Una persona que expresa, que puede expresar sus necesidades y que sabe expresarse, tiene mucha más oportunidad de ser creativa, de esta manera puede llegar a tener una “creatividad expresiva” que es el tipo de creatividad asociada a los descubrimientos científicos, que es “la capacidad de descubrir (inventar) y/o darse cuenta”, que está asociada a flexibilidad perceptiva, que permite ver las relaciones entre elementos que existen para formar un nuevo elemento[2]. Desde mi punto de vista esta es la creatividad que más necesitamos, sobre todo para los cambios sociales. Esta capacidad nos permite descubrir nuevas realidades, y para ello también necesitamos las capacidades de empatía e intuición hacia el entorno, los cuales nos permiten captar la esencia, las posibilidades, las oportunidades y necesidades, que ayudan a crear algo totalmente nuevo que transforme la realidad. Esta creatividad estaría impulsada por un fuerte deseo de cambio y de superación del entorno.
Todos desarrollamos desde niños/as nuestras capacidades creativas desde los sistemas emocionales, que están influenciados por el entorno, la cultura, contexto y el ambiente. Es Panksepp (1998, 2011) quien identifica siete circuitos afectivos básicos (sistemas emocionales) en el cerebro de los mamíferos, situados a nivel sub-cortical, representados por emociones básicas. Todos estos empujan al movimiento para dar respuesta a nuestras necesidades. Es así como la curiosidad, el juego, el temor, la ira, el deseo sexual, el pánico y la empatía nos despiertan emociones creativas que activan ciertas hormonas que ponen en marcha nuestro sistema neurológico y activan las capacidades conductuales (movimiento), llevándonos a la acción para así cubrir la necesidad concreta y buscar el equilibrio.
Lo que nos lleva a asegurar que un niño y/o una niña que se expresa libremente desarrolla su expresividad de manera saludable. Si se expresa, si crea y recrea desde el juego, si dibuja, si pinta, si crea historias desde su imaginación, si danza, activará sus sistemas emocionales, expresará sus necesidades y cubrirá las mismas.
Nuestro taller se desarrolla desde el movimiento y la creación libre:
· Utilizamos la palabra para contar cuentos e historias, para dejar que fluya la imaginación, de esta manera plasmarla desde lo plástico.
· También utilizamos el movimiento buscando que los niños y niñas se acerquen a sus emociones como la ira, el temor, la alegría y otras, dejando que lo expresen desde lo plástico.
· El trabajo libre, también nos puede llevar a trabajar desde el plano, la forma y el color, de una manera bidimensional y lo que buscamos en este sentido es la expresión y creatividad.
No consideramos este taller como terapéutico en sí, pues no interpretamos los dibujos y las pinturas. Para nosotros, sólo son una manera de expresarse, de soltar emociones que no pueden hacerlo en otros entornos como en su casa, la escuela y otros.
En este taller trabajamos con niños y niñas de todas las edades. Al final de cada sesión para nosotros es importante que nos cuenten qué es lo que han dibujado, dejando que su imaginación fluya a través de sus palabras y al mismo tiempo se enfrentan al temor de hablar para el grupo.
Los niños y niñas de 10 u 11 años son los que intentan hacer sus dibujos y pinturas de forma más realista. Esta es la edad en que se hacen más conscientes de la forma y la realidad y muchas veces dejan de expresar a través de la plástica. Los niños y las niñas menores de 10 años normalmente se expresan con más libertad, pues no dan mayor importancia al realismo y la estética. Por ello en el taller no juzgamos su expresión de manera estética y fomentamos que la línea, el color, el plano y/o la forma sean elementos gráficos para expresar su imaginación y sus necesidades.
Crear y expresar para nosotros, es la manera de que los niños y las niñas conozcan sus emociones, sus estados afectivos y sean consientes de sus vivencias afectivas. Para nosotros esta es una de las maneras en que ellos y ellas aprendan a conocer sus sensaciones y sentimientos. Que busquen ser conscientes de la impresión que tienen del mundo que les rodea, pues están en la etapa de comprenderlo y entenderlo y eso es lo que les lleva a ser auténticos. Nos interesa que aprendan a comunicar sus impresiones, provocadas por gestos, movimientos, palabras, miradas y otros, que puedan realizan los demás, pues los niños y/o las niñas pueden impresionarse fácilmente y a veces guardan esas impresiones, en lugar de expresarlas y/o comunicarlas.
REGRESO A LA ESCUELA
En España, ha empezado otra vez la escuela, en medio de los posibles contagios que pueda haber de COVID 19. Se ha regresado con todos los cuidados posibles y con más normas y restricciones, pero en la realidad no se tiene en cuenta que las necesidades y los problemas de los/las menores han cambiado y/o están cambiando. Han regresado como siempre, a sentarse en una silla para que les trasmitan conocimiento y con una mascarilla todo el tiempo.
No queremos asumir que hay cambios estructurales profundos a raíz de esta pandemia. Como siempre, la economía es lo más importante y es evidente que la crisis del coronavirus tiene un fuerte impacto sobre las actividades económicas y sobre todo en el mercado de trabajo. Sobre este cambio las empresas exigen talento, más formación, más conocimientos, innovación, aptitudes, actitudes, capacidad de aprender, capacidad de cambio y gestión de la incertidumbre. En el 2018 la Confederación Española de Organizaciones Empresariales - CEOE, ya pedía esto. La pregunta es, ¿las escuelas están preparadas para esto?... Bruner (1997)[3] ya decía, si la pedagogía va a capacitar a los seres humanos para que vayan más allá de sus predisposiciones “innatas”, debe trasmitir la caja de herramientas que ha desarrollado la cultura para hacerlo. Obviamente ya hemos desarrollado herramientas tecnológicas y culturales, y en esta pandemia han sido de una gran ayuda, sin embargo las instituciones educativas siguen alejadas de la realidad de las familias, de los/las niños/as y de los/las adolescentes y de la realidad.
Digo esto porque desde que se cerraron las escuelas y colegios a consecuencia de la pandemia, empezó una situación nueva para todos/as (profesores/as, niños/as y padres y/o madres). Primero, las clases virtuales (que en Perú, siguen). Donde las herramientas tecnológicas se convirtieron en una necesidad para todos/as. Internet se convirtió en una herramienta poderosa para compartir información y aprender, pero hay un principio que siempre hay que tener en cuenta para todo aprendizaje, y es que “todo conocimiento sin una aplicación práctica no nos lleva a la acción”. Con esto intento decir que una buena herramienta de aprendizaje no cubre las necesidades de los niños y las niñas. Un libro, un ordenador (computadora) nos puede ofrecer información, sin embargo lo más importante es llevarlo a la acción, de lo contrario se convierte en un aprendizaje memorístico y no práctico (conocimientos que el alumnado olvidará). Digo esto, porque en los meses de confinamiento vi la desmotivación de nuestro hijo y nuestra hija para hacer las tareas.
Internet y un ordenador nos pueden brindar información, pero ¿un/a niño/a y adolescente, sabe buscar esa información y utilizarlo para su bienestar?... Con esto quiero decir que es posible que las herramientas tecnológicas tengan aspectos “buenos y malos”. Los aspectos buenos los conocemos de sobra: tenemos toda la información que necesitamos, podemos comunicarnos y compartir información, hay aplicaciones creativas que hacen que sea el aprendizaje más activo, hay una variedad de videos y documentales, video-conferencias y otros más. Sin embargo en los aspectos negativos no somos muy conscientes de ellos: ¿acaso sabemos que?... es un medio donde los sesgos están permanentemente, hay publicidad engañosa, que los niños y niñas pueden acceder muy fácil a los videojuegos, que unos de los usos más frecuentes es para acceder a las redes sociales para informarse sobre la vida de los demás (una manera de evadirnos de la realidad).
A través de internet estamos creando una cultura de la satisfacción inmediata. Los niños y niñas se están acostumbrando a resolverlo todo buscando en internet y no se esfuerzan por investigar en la realidad, dejando de lado el aprendizaje por descubrimiento y la curiosidad que es una cualidad innata en la infancia, lo que los hace poco creativos y entes consumistas de información (empiezan a creer todo lo que leen). También es obvio que no todo el mundo se beneficia igualmente de la instrucción que ofrece internet (en los países donde hay un alto porcentaje de pobreza los niños y las niñas se quedarán al margen de las herramientas culturales y tecnológicas).
Según, Gómez Martín (2020)-director general de ESIC Business
& Marketing School[4]. La educación tiene la misión de formar a las personas en su
integridad. Es un proceso de transformación que no se detiene el día en que se recibe el título,
sino que continúa a lo largo de toda la vida. Transformarse implica
tener una actitud positiva ante los cambios, generar resiliencia a partir del
aprendizaje que proporciona la experiencia, especialmente la que procede del
error, y aprovechar la digitalización y la automatización para mejorar nuestra
humanidad.
Suena bien, pero desde mi punto de
vista, las escuelas no sólo están para satisfacer las necesidades de un sistema
económico, no sólo está para formar buenos y eficientes trabajadores bien
formados (que se transformen). Para mí, la escuela debe formar niños, niñas y
adolescente que se planteen realizar cambios sociales y culturales, deben salir
de su egoísmo, ser más cooperativos y menos competitivos. Y esto no lo va a
desarrollar una escuela que los/las tiene sentados/as, sólo recibiendo
información teórica, con evaluaciones que sólo buscan estándares de
aprendizajes competitivos, haciéndoles creer que si no estudian los contenidos
importantes que esta sociedad exige, serán futuros adultos fracasados. Quiero
ser optimista en el cambio educativo, pero en este momento hay un cambio por
esta pandemia y lo único que queremos seguir en por el mismo camino conocido,
“el individualismo”. Sólo nos importa lo más cercano que vemos, mi familia, mis
amigos, mi grupo social (mi país). Vivimos de creencias, de sesgos (sin
pensamiento crítico), esperando soluciones por parte de sistemas que tienden a
la individualidad.
|
Damasio nos habla de un sentimiento que no es
resultado de una emoción, le denomina sentimiento de fondo y se comprende muy
bien cuando se nos hace una de las siguientes preguntas: |
|
¿Cómo te sientes? ¿Qué tal? ¿Cómo estás? |
|
Estas preguntas, más allá de la cortesía, nos
interrogan sobre cuál es nuestra propia percepción de nosotros mismos. ¿Hay
algo detrás de esa autopercepción? |
|
Hay un sentido corporal continuo que predomina
entre emociones, es una especie de paisaje del cuerpo, que resulta
fundamental en nuestra representación del yo. En el tema siguiente veremos la
importancia de la memoria para el mantenimiento y creación de una identidad
propia, pero este sentimiento continuo entre emociones es también de suma
importancia para crearnos una representación del yo. |
|
El ambiente, el medio externo, nosotros mismos
son elementos que cambian notablemente a lo largo del tiempo. En consecuencia,
las imágenes que podemos construir relativas a dicho medio son fragmentarias
y condicionadas por circunstancias externas. Si no dispusiéramos de este
sentimiento de fondo que unifica las variaciones percibidas de nuestro cuerpo
y del exterior resultaría difícil determinar que todo ese flujo variado y
cambiante de imágenes pertenece a una misma persona. Nuestra identidad es
este fondo de uniformidad viva, pero ilusoria, contra la que podemos darnos
cuenta de la multitud de cosas que cambian alrededor de nosotros. |
|
Cualquier organismo debe estar atento a las
emergencias que el mundo le plantea, pero la urgencia de cualquier incidencia
no rompe la percepción continua de nuestro cuerpo, puede debilitarse para
dedicar más atención a la incidencia que nos requiere, pero no desaparece.
Imaginemos que esa verificación continua de nuestro estado corporal
desapareciera, que ante la pregunta ¿cómo estás? No pudiéramos dar respuesta
alguna. |
|
Enfermos que sufren anosognosia prototípica y
completa, es decir, que pierden su sentimiento de fondo, terminan no dándose
cuenta de su estado corporal general. No se dan cuenta que sufren si contraen
alguna enfermedad, no perciben si están paralizados, pero tampoco les
preocupa su futuro. No tienen ninguna capacidad emocional, sus sentimientos
son planos, posiblemente porque no disponen de un fondo sobre el que se
destaquen otros sentimientos. Estos pacientes pueden estar alegres cuando no
procede o tristes de manera monótona. En general, no poseen ya una
representación integral del yo porque cualquier actualización de las
representaciones es imposible, su yo y la imagen de lo que les rodea es
siempre obsoleta, no puede renovarse. |
Hay un principio que desde hace muchos años intento que sea parte de mí vida, es “tener una mente altruista”: Según el budismo, ¡La mente altruista es la que de forma espontánea trabaja por el bien de los demás!...
Reflexionando sobre esta frase estoy sentado frente a mi ventana, cerca hay un árbol y en él un pájaro que canta, y me pregunto… ¿por qué canta?, acaso porque quiere que todos los seres de la tierra lo escuchen (esta sería una respuesta humanizada). Quizá sólo está comunicándose con otro de su misma especie o protege su territorio, o busca una hembra o macho porque ya es primavera. Un religioso diría que es la voz de Dios. Hay muchas respuestas para esta pregunta. Y en la vida hay demasiadas preguntas. En realidad un pájaro no piensa que tiene que hacer algo por los demás, sólo busca comida, canta, se aparea y se protege de morir. Al parecer el bien común en la naturaleza es intrínseco, porque existe un equilibrio oculto. Y no hay demasiados pájaros porque no podrían sobrevivir y así todo ser en la naturaleza tiene una función.
La pregunta es, como seres humanos; ¿cuál es nuestra función?...lo cierto es que, cada cual vive en su mundo, en su realidad y nadie puede vivir la vida de otro. Es así que desde que nacemos ya tenemos factores biológicos y ambientales que condicionan o favorecen nuestra vida, y como seres sociales damos valor a ciertos hechos; trabajo, familia, amigos, actividades para el bien común. Sin embargo, hay un aspecto que determina nuestra vida, es el Ego, que es parte de nuestra conciencia que nos protege de los peligros externos, el cual se fortalece a través del “yo”. Como personas este aspecto es el que nos lleva a ser valorados y a sentirnos valorados, siendo en la mayoría de veces el que determina nuestro bienestar; más en una cultura en donde el valor económico fortalece al “yo”. Lo curioso es que, el valor económico no es relevante en nuestras vidas, porque el tener propiedades y dinero no te proporciona equilibrio y paz, por consiguiente con estos valores no alcanzamos la felicidad.
Tampoco necesitamos el dinero para tener una mente altruista. Según el budismo (Tashi, 2009)[5] la mente altruista se refleja en la práctica de la generosidad, la ética, la paciencia, el esfuerzo alegre y la concentración, englobado todo en la sabiduría que comprende el vacío. Entonces se genera la pregunta: ¿Qué es la sabiduría?... ¿y si el saber es uno de los aspectos más importantes en los seres humanos?...por supuesto que comprender el mundo es importante, y lo hacemos a través de los sentidos; la comprensión nos aleja de la ignorancia y de los engaños de nuestra mente, sobre todo cognitivos. Pero, comprender el mundo es un aspecto muy amplio, y lo primero que deberíamos comprender es nuestra función como individuos en nuestro entorno. Función que nos puede aportar valor ante las demás personas con quien nos interrelacionamos.
Si es verdad que uno de los valores más relevantes, es comprender y adquirir un conocimiento aplicable, otro es, el saber interrelacionarnos con las demás personas. Bajo estos dos principios se empieza la andadura en el camino de la sabiduría. Para comprender esto Tashi (2009) nos dice que la mente es la base de todo. Ya que todo lo que sabemos lo captamos a través de los sentidos y permanece en nuestra mente. Pero, también la mente es la que nos cambia la realidad y es así como aparece una realidad negativa o sesgada (los sesgos cognitivos que llaman los psicólogos). De esta manera nos conectamos con las verdades absolutas y las verdades relativas, que son maneras de ver, observar y pensar. Lo que vemos, lo que escuchamos, lo que sentimos marca el ritmo de nuestra vida. ¡Otra vez está allí, el pájaro que canta!- Y ahora no sé si es un pájaro real o sólo está en mi mente...
Desde este punto de vista hay una verdad absoluta y una verdad relativa que captan nuestros sentidos, y que puede ser interpretada por nuestra mente. En los seres humanos, por ejemplo hay una verdad latente que aparece tarde o temprano, “es el sufrimiento”. No podemos imaginarnos cómo sufren los demás, al igual que no podemos vivir la vida de otros. Lo que sí podemos tener es “empatía”, un comportamiento humano, que nos hace pensar y reflexionar, ante aquellas personas que sufren (componente importante para una mente altruista). Algo más que puede pasar, es que nuestro sufrimiento se identifique con el sufrimiento de los demás. Es así como el sufrimiento se convierte en un aspecto relevante para el ser humano. De hecho, no estamos hechos para sufrir, los niños y las niñas evitan el sufrimiento, se evaden a través del juego y la imaginación. Los adultos en cambio, siempre estamos buscando los placeres sensoriales, y nuestra necesidad es tan grande que es muy fácil confundir la cubierta que proyecta nuestro deseo sobre el objeto, con el objeto en sí. Por lo tanto, ¿el sufrimiento puede ser un proceso mental?... La respuesta está en dos aspectos simples. El primero es el dolor físico, que es una verdad absoluta y que puede causar sufrimiento, sin embargo el sufrimiento físico no puede, ni debe, ser permanente en el tiempo. El segundo aspecto es el sufrimiento mental, proceso que puede ser una verdad relativa o convencional, pero según la intensidad y la permanencia en el tiempo, puede convertirse en una verdad absoluta. Por lo tanto el sufrimiento como tal, es una verdad absoluta o relativa real y puede incrementarse según el estado mental en que nos encontremos[6].
Para estar bien, es importante tener un estado mental estable y trabajar sobre él, y siendo la mente base de todo, tiene que estar cualificada puesto que contiene las “predisposiciones karmicas” y hace de almacén de experiencias pasadas y futuras; las cuales están basadas en el sentido del “yo”, entonces, es obvio que el “yo” reside en la mente base de todo (Tashi, 2009; pág 107). Por lo tanto, ¿El Karma, es importante en nuestras vidas?...según el budismo y las filosofías yóguicas, por la ley de causa-efecto, todo lo que hacemos repercute en nuestro futuro. Entonces el dolor y el sufrimiento están basados en aspectos karmicos que se van formando a lo largo de toda nuestra vida. Es así, cómo todo lo que pasa en nuestras vidas y en nuestro entorno (cultura, costumbres y otros) repercute en nuestro presente y futuro. Y todo lo que aportan nuestros sentidos o estados de conciencia, se quedará marcado en nuestra mente, la cual tenemos que prepararla para conocer y comprender la realidad de nuestro “yo” y nuestro entorno. Pues sólo una mente estable y comprensiva[7], nos alejará del sufrimiento para que de esta manera, aparezca “una mente altruista”.
¿PARA QUÉ TANTO?
La obligación de quedarnos en nuestra casa por el COVID-19, nos enfrenta a la convivencia familiar y sobre todo a estar con nuestros hijos e hijas. Como padre, puedo decir que “no es fácil estar con ellos/as”, es más fácil irnos a trabajar, llevarlos a la escuela y por las tardes dejarlos con otras personas o extraescolares. En realidad son las madres las que están más tiempo con ellos/as.
No obstante con este encierro forzoso nos enfrentamos a una acción, que personalmente a nosotros (como padre y madre) nos es difícil sobrellevar: LOS JUEGOS DE VÍDEOS Y LA TELEVISIÓN. En estos tiempos los niños y las niñas están acostumbrados/as a las nuevas tecnologías. Para ellos es una manera de relajarse, de generar endorfinas, de compensar la frustración y las exigencias diarias de una escuela que demanda mucho. Y ahora, en este encierro obligatorio no van a cambiar sus costumbres, y los que exigiremos seremos los padres y/o las madres.
Para mí este tema es complejo de sobrellevar, porque intento que ellos tengan su propio criterio al decidir. Siempre hemos intentado que nuestro hijo e hija tuvieran una experiencia y visión diferente sobre su educación. Esta es la razón que nos hizo regresar a Perú y abrir una escuela con una estrategia educativa con libertad. Pero, “la libertad de unos termina cuando hay un límite que otros nos colocan”. Como ahora, la limitación de salir a la calle.
Nosotros hemos intentado llegar a un acuerdo con ellos y el límite para que juegue en el móvil es una hora diaria y la tele según lo que ven (que por supuesto intentan romper). Siempre les hemos dado la libertad de que “puedan decidir, negociar y expresarse”, el objetivo es que ellos mismos puedan auto-regularse, que aprendan a ser conscientes de que hay actividades que tienen más valor que otras y que ellos mismos busquen sus límites y desarrollen autonomía. Como suelen expresar, mi hijo protesta: mis amigos pueden jugar en el móvil el tiempo quieran, para sus padres y sus madres lo importante es que saquen buenas notas.
“Me preocupa esta manera de ver la vida”, porque veo que mi hijo e hija se desmotivan con cada tarea y evaluación (ahora estudian en España). “Hacen las tareas sólo por cumplir y estudian sólo para sacar buenas notas”. Su preocupación es puntuar lo mejor posible en los exámenes para no ser menos que los demás. Se estresan con conocimientos que no les interesan y lo que les interesa lo dejan para jugar en el móvil o ver la tele. Me pregunto…¿para qué tanto conocimiento?, si no aprenden a sobrellevar sus impulsos y esto no sólo tienen que aprenderlo en casa.
Me hace recordar a aquellas personas que trabajamos en lo que no nos gusta y lo hacemos sólo por dinero, “para no ser menos que los demás” y vivir en los cánones sociales. Y si estudiamos lo hacemos para tener un mejor trabajo. Llegamos a casa cansados sin tener ganas de estar con nuestros hijos e hijas, nos sentamos a ver la tele o el móvil, para relajarnos y evadirnos de nuestra estresante vida. Para compensar el estrés buscamos el placer en la comida, bebida, dormimos nuestra mente con vídeos insignificantes y con expectativas inalcanzables. Y si tenemos la suerte de trabajar mostrando nuestras habilidades, nos dejamos llevar por la codicia, trabajamos mucho porque eso es lo que me da valor, tanto económico como social. “Reconocimiento social y dinero”.
Hoy estamos obligados a quedarnos en casa y vivimos en un tiempo en el que estamos conectados y recibimos información de todo el mundo. Pero tenemos los mismos problemas: miedo a morir, miedo a perder el trabajo, a no ganar dinero y no sabemos qué hacer. Muchos tampoco saber qué hacer con nuestros/as hijos/as, les dejaremos más tiempo los móviles, la tele y las tablets y otros. No importa, si lo importante es que saquen buenas notas cuando regresen a la escuela.
[1] Habiendo muchos estudios que se han hecho
sobre el lenguaje y el pensamiento, estos estudios y teorías están hechos por filósofos,
lingüistas, psicólogos y otros.
[2] Texto sobre creatividad expresiva integral,
por el Dr David de Prado.
https://www.postgradoteatroeducacion.com/wp-ontent/uploads/2014/02/La-Creatividad-Expresiva-Integral.-Dr.-Prado-3.pdf
[3] Página 38 del libro: educación puerta de la cultura de Jerone Bruner, editorial Machado-España-2012.
[4] Texto de la revista Ethic: EDUCACIÓN PARA UN MUNDO INCIERTO: LA HORA DE LA TRANSFORMACIÓN.
https://ethic.es/2020/09/formacion-mundo-incierto/
[5] Del libro: NADA ES LO QUE PARECE; La verdad relativa y la verdad absoluta del budismo tibetano. Autor Gueshe Tashi Tsering.
[6] Una persona que
quiera liberarse del sufrimiento, necesita cultivar el entendimiento de la
realidad, la sabiduría de la verdad absoluta, a la vez que desarrolla la parte del
método de la práctica, lo que supone un entendimiento exhaustivo de la verdad
convencional. No hay otra forma ((Tashi, 2009; pág 120)
[7] Cuando nuestra mente se hace más sutil, las mentes más burdas se absorben. Cuando la persona están meditando alcanzan un estado avanzado de absorción meditativa, las conciencias sensoriales cesan totalmente (Tashi, 2009; pág 100)

Comentarios
Publicar un comentario